A modo simple se puede decir que el “LP” o disco de vinilo se debe colocar sobre el plato giratorio, para después encender la tornamesa y presionar el botón de acción.
A medida que gira el disco, la aguja se mueve arriba y abajo dentro de las ranuras de los surcos del disco, las vibraciones viajan a lo largo de los alambres de metal dentro del brazo de lectura y hacia la cápsula.
Finalmente, la cápsula convierte esas vibraciones en corriente eléctrica a través de un campo magnético.
Esta corriente es enviada al amplificador, que a su vez envía la señal a la bocina a través de cables mientras esta se incrementa, llegando a los niveles apropiados al altavoz. ¡Listo! La música comienza a escucharse.
Pero hablando más a profundidad, hay algunos aspectos extras que mencionar…
Una vez que el disco se encuentra en el plato, se hace girar a una velocidad constante; normalmente un álbum de 12 pulgadas girará a 33 1/3 rpm. En el caso de un sencillo de 10 o 7 pulgadas la velocidad es de 45 rpm.
Hoy en día también contamos con discos que requieren ser reproducidos en 78 rpm, pero estos son casos muy especiales, como cuando se busca generar algún efecto o hacer uso de alguna tecnología particular.
Se baja el brazo manualmente para que la aguja y la cápsula toquen el vinilo; esto hace que empiece a funcionar la tornamesa. Usualmente la aguja se debe colocar en el borde exterior del disco, aunque eso no sea en todos los casos. Hay ciertos discos que se reproducen de manera opuesta, de adentro hacia afuera, gracias a nuevas tecnologías aplicadas en nuevos LPs.
Cuando el disco gira, la aguja no es lo único que vibra; lo mismo sucede con la cápsula, que a su vez es un transductor que crea corriente eléctrica que cambia en función de las vibraciones de la aguja. Esta onda eléctrica alimenta un amplificador o preamplificador, es decir, lo hace más fuerte y lo manda al altavoz o bocina.
Las bocinas tienen un diafragma que se mueve hacia atrás y hacia adelante imitando las vibraciones de la aguja.
En el caso del grabado es el mismo proceso, pero al revés, el sonido convierte las ondas en señal eléctrica y esta señal es la que sirve como mapa de energía cinética o vibraciones para el corte del disco. ¿Curioso, ¿no?